me perdiste.
besaste mi boca...
me mordiste.
te pegaste a mi cuerpo...
lo sentiste.
Te arrodillaste frente al deseo...
duro y grueso...
lo escupiste.
Me mirabas.
No dijiste nada,
no pudiste.
Sin tocarte me tocabas.
Me besabas.
Me bebiste.
Cerraste los ojos.
Respiraste hondo... hondo...
me sentiste.
Postrada,
derramada,
consolada,
con mis besos y caricias mutilada.
Niña mujer,
gemiste?
En mi vientre rebotabas.
Cuando no faltaba nada
en mi oído susurraste,
mientras despacito brincabas
como en feria sonreías
en éxtasis, despierta soñabas.
Sabias que era tuyo
que eras mía y con uñas me marcaste
nos comíamos vivos otra madrugada.
Ya no había ropa que valiera
ni trapos que ocultaran
solo soberbia comulgada
con luz apagada y sol de día
se acababa un sueño
sudor entre tus pechos
por tu espalda goteaba mi poesía.
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